Esquina de barrio

Esquina de barrio,
11 de diciembre de 2010,
Teatro del Muelle
Empezar con Enrique tocando solo es como
empezar con Maradona haciendo jueguito, dijo
alguna vez Nacho Lo Russo, la voz cantante de
Esquina de Barrio. Y Maradona sale una vez más
al escenario en la piel de Enrique Payllalef a las
22:20 y hace “Volver” él solito, apenas atado a su
guitarra. En el segundo tema se nos pianta un lagrimón
de la mano de “Melodía de arrabal”. Luego
llega Vieja viola para que Nacho empiece a mostrar
pizcas de sus sobradas dotes histriónicas y se
vaya literalmente del escenario y cante/ grite el
final de “hasta que me vaya yo”. Y se va nomás,
se va para que el hermano mayor de la guitarra
como le dicen a Payllalef se vuelva a quedar solo
para hacer un mini set que incluye milonga y un
combo por dos con “Adiós Nonino” y “El día que
me quieras”. Barrilete cósmico.
Después de La fulana, milonga que Nacho elige
para dedicársela a una simpática joven rubia del
público, llega el momento de lucimiento de los dos
guitarristas de Esquina: Payllalef y su discípulo,
la joven promesa madrynense, Esteban Ernal,
quienes descosen las cuerdas para una brillante
versión de La cumparsita.
Ahora el que se va es el Paylla para que Nacho y
Esteban hagan un Cambalache con retoques en
la letra para actualizar eso de “y en el dos mil
también”.
Y por primera vez en la noche se van las guitarras
y queda sólo la voz. Nacho puede contar cien
veces la historia del descubridor y siempre va a
ser una historia distinta. La cuenta, la narra, la
improvisa, intercala chistes, juega con la reacción
de la gente y se nota que realmente disfruta ese
momento en el que nos cuenta por enésima vez
la historia de este hombre que tiene la habilidad
de descubrir las cosas hasta que muere y en el
cielo le dice a Dios que descubrió todo menos a sí
mismo. Dios entonces le dice que para eso nada
mejor que este tango: “Sur” que Nacho canta
sentado con la silla puesta al revés, no con las
patas para arriba sino con el respaldo mirando al
público, se entiende y Diego, perdón Enrique en
la guitarra. El mismo dúo hace “Nada” y después
viene el homenaje a Carlos Gardel precisamente
en el día de su nacimiento cuando ¿improvisan?
junto a Orlando Costa “Candombe para Gardel”.
El (casi) final llega con Milonga sentimental para
acabar ahora sí poco más de una hora después de
haber empezado con Mano a mano.
Dicen que fue la última función, que Esquina se
despidió en este diciembre de 2010, que se toman
un descanso, que es para cuidar el espectáculo.
Queda por el momento el proyecto guardado en
un cajón después de sonar en varios escenarios
de la provincia. A Nacho le tira el candombe, la
percusión lo puede, ¿vendrá por ahí su futuro
musical? Mientras el Paylla ya prueba dúo de guitarras
con Walter Valdez.
Se fue (por ahora) Esquina de Barrio, un espectáculo
de tango que le llegó a gustar hasta a la
gente que no le gusta el tango. No es poco.

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